Hace unos días saqué de la calle a un pichi precioso, super agradecido con todo, para que mi mamá al ir a la carnicería "sin querer" lo haya dejado escapar e importándole tres carajos no fue capaz ni de llamarlo ni de buscarlo un poquito. Total, no es de ella. No le interesa. Con lo que SABE que me importan este tipo de cosas, se da el lujo de ir campante a abrir la puerta y dejar un espacio aparentemente obvio para que se escapara. Y el lujo de salir de la carnicería sin mirar a los dos lados de la calle para ver si estaba por ahí.
Que bronca.
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