Me dí cuenta de que cada vez que me siento a escribir, explayo algo que, sinceramente, no venía tan al tema expresar.
En realidad si quisiera hacer notas/entradas dignas de un dios europeo debería andar con un mp3 con grabador a la hora de intentar (frustradísimamente) dormir. En ese lapso de 1 hora se me ocurren las mejores películas, entradas, diálogos y guiones que podría hacer un homo sapiens.
Pero, a decir verdad, lo único que me falta para no cuadrar con absolutamente más nada, es grabar lo que pienso
A todo esto...me había puesto a pensar. ¿Por qué siempre nos cuesta menos expresar las angustias que las felichidades? ¿Por qué tenemos mas adjetivos para contar nuestras tristezas que las razones de nuestras sonrisas?
Pasa tambien con las relaciones que tenemos en lo cotidiano de la vida; pesa más una mala accion que una buena, pesan más unas palabras feas que unas más bonitas.
En fin....el vaso medio vacío.
Depende de uno, pero como ya te dije, en lo personal, es difícil sentarse a escribir si estoy alegre, aunque es algo que amo hacer, es algo que me cuesta volcar en un archivo del word o en una entrada del blog. De todas maneras, hay que practicarlo, porque transmitir alegrías es bárbaro.
ResponderEliminarolvidate! aquel que lee mi blog dice. wow, a esta chica le quedan pocos días de vida antes de un espontáneo suicidio. pero en realidad nada que ver, soy un pastelito horneado de cannnnnela :3
Eliminarsiempre pensé que estaría genial tener un grabador de pensamientos que imprimiera laaargas tiras de papel con todo eso que escribimos en la cabeza.
ResponderEliminarte imaginás la escena? fua. la piba con la luz apagada bien desvelada contando sus pensamientos. jaja
EliminarGracias por tu comentario lindo de hace unos días.
ResponderEliminarY, es esí, ver el vaso medio lleno o medio vacio te viene en el ADN...igual las dos tienen sus contras.
Saludos!
muchas gracias por pasarte. saludos!
ResponderEliminarBrian.