18 ene 2015

Un perro flaco y moribundo
 va al costado del camino
 aunque no tiene destino. 

Sus patas hierven en un suelo 
caliente que dejó posar
 a un sol furioso de verano. 

Algunos coches pasan por la ruta
¿pero a quién le importa un perro?
Muere de sed.
Muere de miedo.

Ha caminado varios ratos
ha pensado tanto que
casi se le salen los sesos.

¿Porqué me abandonaron?
¿qué hice, carajos?
yo también quería conocer
el mar este verano...


2 comentarios: