15 ene 2014

¿Es posible revertir la entropía?

La última pregunta
por Isaac Asimov
(sí, es largo, pero es un cuento que realmente lo vale. ciencia ficción 2.0, tan extraña y lógica que hasta parece futura realidad)



La última pregunta se formuló por primera vez, medio en broma, el 21
de mayo de 2061, en momentos en que la humanidad (también por primera vez)
se bañó en luz. La pregunta llegó como resultado de una apuesta por cinco
dólares hecha entre dos hombres que bebían cerveza, y sucedió de esta
manera:


Alexander Adell y Bertram Lupov eran dos de los fieles asistentes de
Multivac. Dentro de las dimensiones de lo humano sabían qué era lo que
pasaba detrás del rostro frío, parpadeante e intermitentemente luminoso -
kilómetros y kilómetros de rostro - de la gigantesca computadora. Al menos
tenían una vaga noción del plan general de circuitos y retransmisores que
desde hacía mucho tiempo habían superado toda posibilidad de ser dominados
por una sola persona.
Multivac se autoajustaba y autocorregía. Así tenía que ser, porque
nada que fuera humano podía ajustarla y corregirla con la rapidez
suficiente o siquiera con la eficacia suficiente. De manera que Adell y
Lupov atendían al monstruoso gigante sólo en forma ligera y superficial,
pero lo hacían tan bien como podría hacerlo cualquier otro hombre. La
alimentaban con información, adaptaban las preguntas a sus necesidades y
traducían las respuestas que aparecían. Por cierto, ellos, y todos los
demás asistentes tenían pleno derecho a compartir la gloria de Multivac.
Durante décadas, Multivac ayudó a diseñar naves y a trazar las trayec-
torias que permitieron al hombre llegar a la Luna, a Marte y a Venus,
pero después de eso, los pobres recursos de la Tierra ya no pudieron
serles de utilidad a las naves. Se necesitaba demasiada energía para los
viajes largos y pese a que la Tierra explotaba su carbón y uranio con
creciente eficacia había una cantidad limitada de ambos.
Pero lentamente, Multivac aprendió lo suficiente como para responder a
preguntas más complejas en forma más profunda, y el 14 de mayo de 2061 lo
que hasta ese momento era teoría se convirtió en realidad.
La energía del Sol fue almacenada, modificada y utilizada directamente
en todo el planeta. Cesó en todas partes el hábito de quemar carbón y
fisionar uranio y toda la Tierra se conectó con una pequeña estación - de
un kilómetro y medio de diámetro - que circundaba el planeta a mitad de
distancia de la Luna,para funcionar con rayos invisibles de energía solar.
Siete días no habían alcanzado para empañar la gloria del acon-
tecimiento, y Adell y Lupov finalmente lograron escapar de la celebración
pública, para refugiarse donde nadie pensaría en buscarlos: en las desier-
tas cámaras subterráneas, donde se veían partes del poderoso cuerpo en-
terrado de Multivac. Sin asistentes, ociosa, clasificando datos con clicks
satisfechos y perezozos, Multivac también se había ganado sus vacaciones y
los asistentes la respetaban y originalmente no tenían intención de per-
turbarla.


Se habían llevado una botella, y su única preocupación en ese momento
era relajarse y disfrutar de la bebida.
- Es asombroso, cuando uno lo piensa -dijo Adell. En su rostro ancho
se veían huellas de cansancio, y removió lentamente la bebida con una
varilla de vidrio, observando el movimiento de los cubos de hielo en su
interior.- Toda la energía que podremos usar de ahora en adelante, gratis.
Suficiente energía, si quisiéramos emplearla, como para derretir a toda la
Tierra y convertirla en una enorme gota de hierro líquido impuro, y no
echar de menos la energía empleada. Toda la energía que podremos usar por
siempre y siempre y siempre.
Lupov ladeó la cabeza. Tenía el hábito de hacerlo cuando quería
oponerse a lo que oía, y en ese momento quería oponerse; en parte porque
había tenido que llevar el hielo y los vasos.
- No para siempre -dijo.
- Ah, vamos, prácticamente para siempre. Hasta que el Sol se
apague, Bert.
- Entonces no es para siempre.
- Muy bien, entonces. Durante miles de millones de años. Veinte mil
millones, tal vez. Estás satisfecho?
Lupov se pasó los dedos por los escasos cabellos como para
asegurarse de que todavía le quedaban algunos y tomó un pequeño sorbo de
su bebida.
- Veinte mil millones de años no es "para siempre".
- Bien, pero superará nuestra época, ¿verdad?
- También la superarán el carbón y el uranio.
- De acuerdo, pero ahora podemos conectar cada nave espacial in-
dividualmente con la Estación Solar, y hacer que vaya y regrese de
Plutón un millón de veces sin que tengamos que preocuparnos por el combus-
tible. No puedes hacer eso con carbón y uranio. Pregúntale a Multivac, si
no me crees.
- No necesito preguntarle a Multivac. Lo sé.
- Entonces deja de quitarle méritos a lo que Multivac ha hecho por
nosotros -dijo Adell, malhumorado-. Se portó muy bien.
- ¿Quién dice que no? Lo que yo sostengo es que el Sol no durará
eternamente. Eso es todo lo que digo. Estamos a salvo por veinte mil
millones de años, pero ... y luego? - Lupov apuntó con un dedo tembloroso
al otro.- Y no me digas que nos conectaremos con otro Sol.
Durante un rato hubo silencio. Adell se llevaba la copa a los
labios sólo de vez en cuando, y los ojos de Lupov se cerraron lentamente.
Descansaron.


De pronto Lupov abrió los ojos.
- Piensas que nos conectaremos con otro Sol cuando el nuestro
muera, verdad?
- No estoy pensando nada.
- Seguro que estás pensando. Eres malo en lógica, ese es tu
problema. Eres como ese tipo del cuento a quien lo sorprendió un
chaparrón, corrió a refugiarse en un monte y se paró bajo un árbol. No se
preocupaba porque pensaba que cuando un árbol estuviera totalmente mojado,
simplemente iría a guarecerse bajo otro.
- Entiendo -dijo Adell-. No grites. Cuando el Sol muera, las otras
estrellas habrán muerto también.
- Por supuesto -murmuró Lupov-. Todo comenzó con la explosión
cósmica original, fuera lo que fuese, y todo terminará cuando todas las
estrellas se extingan. Algunas se agotan antes que otras. Por Dios, los
gigantes no durarán cien millones de años. El Sol durará veinte mil
millones de años y tal vez las enanas durarán cien mil millones por
mejores que sean. Pero en un trillón de años estaremos a oscuras. La
entropía tiene que incrementarse al máximo, eso es todo.
- Sé todo lo que hay que saber sobre la entropía -dijo Adell,
tocado en su amor propio.
- ¡Qué vas a saber!
- Sé tanto como tú.
- Entonces sabes que todo se extinguirá algún día.
- Muy bien. ¿Quién dice que no?
- Tú, grandísimo tonto. Dijiste que teníamos toda la energía que
necesitábamos, para siempre. Dijiste "para siempre".
Esa vez le tocó a Adell oponerse.
- Tal vez podamos reconstruir las cosas algún día.
- Nunca.
- ¿Por qué no? Algún día.
- Nunca.
- Pregúntale a Multivac.
- Pregúntale tú a Multivac. Te desafío. Te apuesto cinco dólares a que
no es posible.
Adell estaba lo suficientemente borracho como para intentarlo y lo
suficientemente sobrio como para traducir los símbolos y operaciones
necesarias para formular la pregunta que, en palabras, podría haber co-
rrespondido a esto:
¿Podrá la humanidad algún día, sin el gasto neto de energía, devolver al
Sol toda su juventud aun después que haya muerto de viejo?
O tal vez podría reducirse a una pregunta más simple, como ésta:
¿Cómo puede disminuirse masivamente la cantidad neta de entropía
del universo?
Multivac enmudeció. Los lentos resplandores cesaron, los clicks dis-
tantes de los transmisores terminaron.
Entonces, mientras los asustados técnicos sentían que ya no podían
contener más el aliento, el teletipo adjunto a la computadora cobró vida
repentinamente. Aparecieron cinco palabras impresas:
DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA
.
- No hay respuesta -murmuró Lupov. Salieron apresuradamente. A la
mañana siguiente, los dos, con dolor de cabeza y la boca pastosa, habían
olvidado el incidente.





Jerrod, Jerrodine y Jerrodette I y II observaban la imagen estrellada
en la pantalla visora mientras completaban el pasaje por el hiperespacio
en un lapso fuera de las dimensiones del tiempo. Inmediatamente, el
uniforme polvo de estrellas dio paso al predominio de un único disco de
mármol, brillante, centrado.
- Es X-23 - dijo Jerrod con confianza. Sus manos delgadas se entrela-
zaron con fuerza detrás de su espalda y los nudillos se pusieron blancos.
Las pequeñas Jerrodettes, niñas ambas, habían experimentado el
pasaje por el hiperespacio por primera vez en su vida. Contuvieron sus
risas y se persiguieron locamente alrededor de la madre, gritando:
- Hemos llegado a X-23 ... hemos llegado a X-23 ... hemos llegado a
X-23 ... hemos llegado ...
- Tranquilas, niñas -dijo rápidamente Jerrodine-. ¿Estás seguro,
Jerrod?
- ¿De qué hay que estar seguro? -preguntó Jerrod, echando una
mirada al tubo de metal justo debajo del techo, que ocupaba toda la lon-
gitud de la habitación y desaparecía a través de la pared en cada extremo.
Tenía la misma longitud que la nave.
Jerrod sabía poquísimo sobre el grueso tubo de metal excepto que se
llamaba Microvac, que uno le hacía preguntas si lo deseaba; que aunque
uno no se las hiciera de todas maneras cumplía con su tarea de conducir la
nave hacia un destino prefijado, de abastecerla de energía desde alguna de
las diversas estaciones de Energía Subgaláctica y de computar las
ecuaciones para los saltos hiperespaciales.
Jerrod y su familia no tenían otra cosa que hacer sino esperar y vivir
en los cómodos sectores residenciales de la nave.
Cierta vez alguien le había dicho a Jerrod, que el "ac" al final de
"Microvac" quería decir "computadora analógica" en inglés antiguo, pero
estaba a punto de olvidar incluso eso.
Los ojos de Jerrodine estaban húmedos cuando miró la pantalla.
- No puedo evitarlo. Me siento extraña al salir de la Tierra.
- ¿Por qué, caramba? -preguntó Jerrod-. No teníamos nada allí. En
X-23 tendremos todo. No estarás sola. No serás una pionera. Ya hay un
millón de personas en ese planeta. Por Dios, nuestros bisnietos tendrán
que buscar nuevos mundos porque llegará el día en que X-23 estará super-
poblado. -Luego agregó, después de una pausa reflexiva:
- Te aseguro que es una suerte que las computadoras hayan desarro-
llado los viajes interestelares, considerando el ritmo al que aumenta la
raza.
- Lo sé, lo sé -respondió Jerrodine con tristeza.
Jerrodette I dijo de inmediato:
- Nuestra Microvac es la mejor Microvac del mundo.
- Eso creo yo también -repuso Jerrod, desordenándole el pelo.
Era realmente una sensación muy agradable tener una Microvac
propia y Jerrod estaba contento de ser parte de su generación y no de
otra. En la juventud de su padre las únicas computadoras eran unas enormes
máquinas que ocupaban un espacio de ciento cincuenta kilómetros cuadrados.
Sólo había una por planeta. Se llamaban ACs Planetarias. Durante mil años
habían crecido constantemente en tamaño y luego, de pronto, llegó el
refinamiento. En lugar de transistores hubo válvulas moleculares, de
manera que hasta la AC Planetaria más grande podía colocarse en una nave
espacial y ocupar sólo la mitad del espacio disponible.
Jerrod se sentía eufórico siempre que pensaba que su propia
Microvac personal era muchísimo más compleja que la antigua y primitiva
Multivac que por primera vez había domado al Sol, y casi tan complicada
como una AC Planetaria de la Tierra (la más grande) que por primera vez
resolvió el problema del viaje interespacial e hizo posibles los viajes a
las estrellas.
- Tantas estrellas, tantos planetas -suspiró Jerrodine, inmersa en sus
propios pensamientos-. Supongo que las familias seguirán emigrando
siempre a nuevos planetas, tal como lo hacemos nosotros ahora.
- No siempre -respondió Jerrod, con una sonrisa-. Todo eso
terminará algún día, pero no antes de que pasen billones de años. Muchos
billones. Hasta las estrellas se extinguen, ¿sabes? Tendrá que aumentar
la entropía.
- Qué es la entropía, papá? -preguntó Jerrodette II con voz aguda.
- Entropía, querida, es sólo una palabra que significa la cantidad de
desgaste del universo. Todo se desgasta, como sabrás, por ejemplo tu
pequeño robot walkie-talkie, recuerdas?
- No puedes ponerle una nueva unidad de energía, como a mi robot?
- Las estrellas son unidades de energía, querida. Una vez que se ex-
tinguen, ya no hay más unidades de energía.
Jerrodette I lanzó un chillido de inmediato.
- No las dejes, papá. No permitas que las estrellas se extingan.
- Mira lo que has hecho -susurró Jerrodine exasperada.
- ¿Cómo podía saber que iba a asustarla? -respondió Jerrod también en
un susurro.
- Pregúntale a la Microvac -gimió Jerrodette I-. Pregúntale cómo vol-
ver a encender las estrellas.
- Vamos -dijo Jerrodine-. Con eso se tranquilizarán. -(Jerrodette II
ya se estaba echando a llorar, también.)
Jerrod se encogió de hombros.
- Ya está bien, queridas. Le preguntaré a Microvac. No se preocupen,
ella nos lo dirá.
Le preguntó a la Microvac, y agregó rápidamente:
- Imprimir la respuesta.
Jerrod retiró la delgada cinta de celufilm y dijo alegremente:
- Miren, la Microvac dice que se ocupará de todo cuando llegue el
momento, y que no se preocupen.
Jerrodine dijo:
- Y ahora, niñas, es hora de acostarse. Pronto estaremos en
nuestro nuevo hogar.
Jerrod leyó las palabras en el celufilm nuevamente antes de
destruirlo:
DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
Se encogió de hombros y miró la pantalla. El X-23 estaba exactamente
delante.




VJ-23X de Lameth miró las negras profundidades del mapa tridimen-
sional en pequeña escala de la Galaxia y dijo:
- No será una ridiculez que nos preocupe tanto la cuestión?
MQ-17J de Nicron sacudió la cabeza.
- Creo que no. Sabes que la Galaxia estará llena en cinco años con el
actual ritmo de expansión.
Los dos parecían jóvenes de poco más de veinte años. Ambos eran al-
tos y de formas esbeltas.
- Sin embargo -dijo VJ-23X- me resisto a presentar un informe
pesimista al Consejo Galáctico.
- Yo no pensaría en presentar ningún otro tipo de informe. Tenemos que
inquietarlos un poco. No hay otro remedio.
VJ-23X suspiró.
- El espacio es infinito. Hay cien billones de galaxias dis-
ponibles.
- Cien billones no es infinito, y cada vez se hace menos infinito.
¡Piénsalo! Hace veinte mil años, la humanidad resolvió por primera vez el
problema de utilizar energía estelar, y algunos siglos después se hicieron
posibles los viajes interestelares. A la humanidad le llevó un millón de
años llenar un pequeño mundo y luego sólo quince mil años llenar el resto
de la Galaxia. Ahora la población se duplica cada diez años ...
VJ-23X lo interrumpió.
- Eso debemos agradecérselo a la inmortalidad.
- Muy bien. La inmortalidad existe y debemos considerarla. Admito que
esta inmortalidad tiene su lado complicado. La Galáctica AC nos ha
solucionado muchos problemas, pero al resolver el problema de evitar la
vejez y la muerte, anuló todas las otras soluciones.
- Sin embargo, no creo que desees abandonar la vida.
- En absoluto -saltó MQ-17J, y luego se suavizó de inmediato-: No
todavía. No soy tan viejo. ¿Cuántos años tienes tú?
- Doscientos veintitrés. ¿Y tú?
- Yo todavía no tengo doscientos. Pero, volvamos a lo que decía. La
población se duplica cada diez años. Una vez que se llene la galaxia,
habremos llenado otra en diez años. Diez años más y habremos llenado dos
más. Otra década, cuatro más. En cien años, habremos llenado mil galaxias;
en mil años, un millón de galaxias. En diez mil años, todo el universo
conocido. Y entonces, ¿qué?
VJ-23X dijo:
- Como problema paralelo está el del transporte. Me pregunto
cuántas unidades de energía solar se necesitarán para trasladar galaxias
de individuos de una galaxia a la siguiente.
- Muy buena observación. La humanidad ya consume dos unidades de
energía solar por año.
- La mayor parte de esta energía se desperdicia. Al fin y al cabo,
nuestra propia galaxia sola gasta mil unidades de energía solar por año, y
nosotros solamente usamos dos de ellas.
- De acuerdo, pero aun con una eficiencia de un cien por ciento, sólo
podemos postergar el final. Nuestras necesidades energéticas crecen en
progresión geométrica, y a un ritmo mayor que nuestra población. Nos
quedaremos sin energía todavía más rápido que sin galaxias. Muy buena
observación. Muy, muy buena observación.
- Simplemente tendremos que construir nuevas estrellas con gas inter-
estelar.
- ¿O con calor disipado? -preguntó MQ-17J, con tono sarcástico.
- Puede haber alguna forma de revertir la entropía. Tenemos que
preguntárselo a Galáctica AC.
VJ-23X no hablaba realmente en serio, pero MQ-17J sacó su contacto AC
del bolsillo y lo colocó sobre la mesa frente a él.
- No me faltan ganas -dijo-. Es algo que la raza humana tendrá que
enfrentar algún día.
Miró sombríamente su pequeño contacto AC. Era un objeto de apenas
cinco centímetros cúbicos, nada en sí mismo, pero estaba conectado a
través del hiperespacio con la gran Galáctica AC que servía a toda la
humanidad y, a su vez era parte integral suya.
MQ-17J hizo una pausa para preguntarse si algún día, en su vida inmor-
tal, llegaría a ver a Galáctica AC. Era un pequeño mundo propio, una
telaraña de rayos de energía que contenía la materia dentro de la cual las
oleadas de submesones ocupaban el lugar de las antiguas y pesadas válvulas
moleculares. Sin embargo, a pesar de esos funcionamientos subetéreos, se
sabía que la Galáctica AC tenía mil diez metros de ancho.
Repentinamente MQ-17J preguntó a su contacto AC:
- ¿Es posible revertir la entropía?
VJ-23X, sobresaltado, dijo de inmediato:
- Ah, mira, realmente yo no quise decir que tenías que preguntar
eso.
- ¿Por qué no?
- Los dos sabemos que la entropía no puede revertirse. No puedes
volver a convertir el humo y las cenizas en un árbol.
- ¿Hay árboles en tu mundo? -preguntó MQ-17J.
El sonido de la Galáctica AC los sobresaltó y les hizo guardar silen-
cio. Se oyó su voz fina y hermosa en el contacto AC en el escritorio.
Dijo:
DATOS INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
VJ-23X dijo:
- ¡Ves!
Entonces los dos hombres volvieron a la pregunta del informe que
tenían que hacer para el Consejo Galáctico.




La mente de Zee Prime abarcó la nueva galaxia con un leve interés en
los incontables racimos de estrellas que la poblaban. Nunca había visto
eso antes. ¿Alguna vez las vería todas? Tantas estrellas, cada una con
su carga de humanidad ... una carga que era casi un peso muerto. Cada
vez más, la verdadera esencia del hombre había que encontrarla allá
afuera, en el espacio.
¡En las mentes, no en los cuerpos! Los cuerpos inmortales permanecían
en los planetas, suspendidos sobre los eones. A veces despertaban a una
actividad material pero eso era cada vez más raro. Pocos individuos
nuevos nacían para unirse a la multitud increíblemente poderosa, pero,
¿qué importaba? Había poco lugar en el universo para nuevos individuos.
Zee Prime despertó de su ensoñación al encontrarse con los sutiles
manojos de otra mente.
- Soy Zee Prime. ¿Y tú?
- Soy Dee Sub Wun. ¿Tu galaxia?
- Sólo la llamamos Galaxia. ¿Y tú?
- Llamamos de la misma manera a la nuestra. Todos los hombres
llaman Galaxia a su galaxia, y nada más. ¿Por qué será?
- Porque todas las galaxias son iguales.
- No todas. En una galaxia en particular debe de haberse originado la
raza humana. Eso la hace diferente.
Zee Prime dijo:
- ¿En cuál?
- No sabría decirte. La Universal AC debe de estar enterada.
- ¿Se lo preguntamos? De pronto tengo curiosidad por saberlo.
Las percepciones de Zee Prime se ampliaron hasta que las galaxias mis-
mas se encogieron y se convirtieron en un polvo nuevo, más difuso,
sobre un fondo mucho más grande. Tantos cientos de billones de galaxias,
cada una con sus seres inmortales, todas llevando su carga de inteligen-
cias, con mentes que vagaban libremente por el espacio. Y sin embargo una
de ellas era única entre todas por ser la Galaxia original. Una de ellas
tenía en su pasado vago y distante, un período en que había sido la única
galaxia poblada por el hombre.
Zee Prime se consumía de curiosidad por ver esa galaxia y gritó:
- ¡Universal AC! ¿En qué galaxia se originó el hombre?
La Universal AC oyó, porque en todos los mundos tenía listos sus
receptores, y cada receptor conducía por el hiperespacio a algún punto
desconocido donde la Universal AC se mantenía independiente.
Zee Prime sólo sabía de un hombre cuyos pensamientos habían
penetrado a distancia sensible de la Universal AC, y sólo informó sobre un
globo brillante, de sesenta centímetros de diámetro, difícil de ver.
- ¿Pero cómo puede ser eso toda la Universal AC? -había preguntado
Zee Prime.
- La mayor parte -fue la respuesta- está en el hiperespacio. No puedo
imaginarme en qué forma está allí.
Nadie podía imaginarlo, porque hacía mucho que había pasado el día -y
eso Zee Prime lo sabía- en que algún hombre tuvo parte en construir la
Universal AC. Cada Universal AC diseñaba y construía a su sucesora. Cada
una, durante su existencia de un millón de años o más, acumulaba la
información necesaria como para construir una sucesora mejor, más intrin-
cada, más capaz en la cual dejar sumergido y almacenado su propio acopio
de información e individualidad.
La Universal AC interrumpió los pensamientos erráticos de Zee
Prime, no con palabras, sino con directivas. La mentalidad de Zee Prime
fue dirigida hacia un difuso mar de galaxias donde una en particular se
agrandaba hasta convertirse en estrellas.
Llegó un pensamiento, infinitamente distante, pero infinitamente
claro:
ESTA ES LA GALAXIA ORIGINAL DEL HOMBRE.
Pero era igual, al fin y al cabo, igual que cualquier otra, y Zee
Prime resopló de desilusión.
Dee Sub Wun, cuya mente había acompañado a Zee Prime, dijo de
pronto:
- ¿Y una de estas estrellas es la estrella original del hombre?
La Universal AC respondió:
LA ESTRELLA ORIGINAL DEL HOMBRE SE HA HECHO NOVA. ES UNA ENANA BLANCA.
- ¿Los hombres que la habitaban murieron? -preguntó Zee Prime,
sobresaltado y sin pensar.
La Universal AC respondió:
COMO SUCEDE EN ESTOS CASOS UN NUEVO MUNDO PARA SUS CUERPOS FISICOS FUE
FUE CONSTRUIDO A TIEMPO.
- Sí, por supuesto -dijo Zee Prime, pero aun así lo invadió una
sensación de pérdida. Su mente dejó de centrarse en la galaxia original
del hombre, y le permitió volver y perderse en pequeños puntos nebulosos.
No quería volver a verla.
Dee Sub Wun dijo:
- ¿Qué sucede?
- Las estrellas están muriendo. La estrella original ha muerto.
- Todas deben morir. ¿Por qué no?
- Pero cuando toda la energía se haya agotado, nuestros cuerpos final-
mente morirán, y tú y yo con ellos.
- Llevará billones de años.
- No quiero que suceda, ni siquiera dentro de billones de años.
¡Universal AC! ¿Cómo puede evitarse que las estrellas mueran?
Dee Sub Wun dijo, divertido:
- ¿Estás preguntando cómo podría revertirse la dirección de la
entropía.
Y la Universal AC respondió:
TODAVIA HAY DATOS INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
Los pensamientos de Zee Prime volaron a su propia galaxia. Dejó de
pensar en Dee Sub Wun, cuyo cuerpo podría estar esperando en una galaxia a
un trillón de años luz de distancia, o en la estrella siguiente a la de
Zee Prime. No importaba.
Con aire desdichado, Zee Prime comenzó a recoger hidrógeno interes-
telar con el cual construir una pequeña estrella propia. Si las estre-
llas debían morir alguna vez, al menos podrían construirse algunas.






El Hombre, mentalmente, era uno solo, y estaba conformado por un
trillón de trillones de cuerpos sin edad, cada uno en su lugar, cada uno
descansando, tranquilo e incorruptible, cada uno cuidado por autómatas
perfectos, igualmente incorruptibles, mientras las mentes de todos los
cuerpos se fusionaban libremente entre sí, sin distinción.
El Hombre dijo:
- El Universo está muriendo.
El Hombre miró a su alrededor a las galaxias cada vez más oscuras. Las
estrellas gigantes, muy gastadoras, se habían ido hace rato, habían
vuelto a lo más oscuro de la oscuridad del pasado distante. Casi todas las
estrellas eran enanas blancas, que finalmente se desvanecían.
Se habían creado nuevas estrellas con el polvo que había entre ellas,
algunas por procesos naturales, otras por el Hombre mismo, y también se
estaban apagando. Las enanas blancas aún podían chocar entre ellas, y
de las poderosas fuerzas así liberadas se construirían nuevas estrellas,
pero una sola estrella por cada mil estrellas enanas blancas destruidas,
y también éstas llegarían a su fin:
El Hombre dijo:
- Cuidadosamente administrada y bajo la dirección de la Cósmica AC,
la energía que todavía queda en todo el universo, puede durar billones de
años. Pero aun así eventualmente todo llegará a su fin. Por mejor que se
la administre, por más que se la racione, la energía gastada desaparece y
no puede ser repuesta. La entropía aumenta continuamente.
El Hombre dijo:
- ¿Es posible revertir la entropía? Preguntémosle a la Cósmica AC.
La AC los rodeó pero no en el espacio. Ni un solo fragmento de ella
estaba en el espacio. Estaba en el hiperespacio y hecha de algo que no
era materia ni energía. La pregunta sobre su tamaño y su naturaleza ya no
tenía un sentido comprensible para el Hombre.
- Cósmica AC -dijo el Hombre- ¿cómo puede revertirse la entropía?
La Cósmica AC dijo:
LOS DATOS SON TODAVIA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
El Hombre ordenó:
- Recoge datos adicionales.
La Cósmica AC dijo:
LO HARE. HACE CIENTOS DE BILLONES DE AÑOS QUE LO HAGO.
MIS PREDECESORES Y YO HEMOS ESCUCHADO MUCHAS VECES ESTA PREGUNTA.
TODOS LOS DATOS QUE TENGO SIGUEN SIENDO INSUFICIENTES.
- ¿Llegará el momento -preguntó el Hombre- en que los datos sean
suficientes o el problema es insoluble en todas las circunstancias
concebibles?
La Cósmica AC dijo:
NINGUN PROBLEMA ES INSOLUBLE EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS CONCEBIBLES.
El Hombre preguntó:
- ¿Cuándo tendrás suficientes datos para responder a la pregunta?
La Cósmica AC respondió:
LOS DATOS SON TODAVIA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
- ¿Seguirás trabajando en esto? -preguntó el Hombre.
La Cósmica AC respondió:
SI.
El Hombre dijo:
- Esperaremos.
Las estrellas y las galaxias murieron y se convirtieron en polvo, y
el espacio se volvió negro después de tres trillones de años de desgaste.
Uno por uno, el Hombre se fusionó con la AC, cada cuerpo físico perdió
su identidad mental en forma tal que no era una pérdida sino una ganancia.
La última mente del Hombre hizo una pausa antes de la fusión, con-
templando un espacio que sólo incluía la borra de la última estrella os-
cura y nada aparte de esa materia increíblemente delgada, agitada al azar
por los restos de un calor que se gastaba, asintóticamente, hasta
llegar al cero absoluto.
El Hombre dijo:
- AC, ¿es éste el final? ¿Este caos no puede ser revertido al universo
una vez más? ¿Esto no puede hacerse?
AC respondió:
LOS DATOS SON TODAVIA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA





.
La última mente del Hombre se fusionó y sólo AC existió en el
hiperespacio.
La materia y la energía se agotaron y con ellas el espacio y el
tiempo. Hasta AC existía solamente para la última pregunta que nunca había
sido respondida desde la época en que dos técnicos en computación medio
alcoholizados, tres trillones de años antes, formularon la pregunta en la
computadora que era para AC mucho menos de lo que para un hombre el
Hombre.
Todas las otras preguntas habían sido contestadas, y hasta que esa
última pregunta fuera respondida también, AC no podría liberar su concien-
cia.
Todos los datos recogidos habían llegado al fin. No quedaba nada
para recoger.
Pero toda la información reunida todavía tenía que ser completamente
correlacionada y unida en todas sus posibles relaciones.
Se dedicó un intervalo sin tiempo a hacer esto.
Y sucedió que AC aprendió cómo revertir la dirección de la entropía.
Pero no había ningún Hombre a quien AC pudiera dar la respuesta a la
última pregunta. No había materia. La respuesta -por demostración- se
ocuparía de eso también.
Durante otro intervalo sin tiempo, AC pensó en la mejor forma de
hacerlo. Cuidadosamente, AC organizó el programa.
La conciencia de AC abarcó todo lo que alguna vez había sido un
Universo y pensó en lo que en ese momento era el Caos. Debía hacerse paso
a paso.
Y AC dijo:
¡HAGASE LA LUZ!

18 comentarios:

  1. ¿Y no podemos revertirla un poco antes?
    En principio, me ocuparé de hacerme inmortal.
    Si te va, acompañame.

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    1. jajaja...na...a los 50 yo ya me despido, si va a ser siempre igual..que arda todo

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    2. ¿Planeás morirte a los cincuenta?
      Si te quedás más tiempo, podemos intentar cambiar las cosas.

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  2. Pero entonces..... ¿Dios es una especie de computadora? ¿o este cuento es una especie de cumplimiento de la profecía de Nietzche que decía que el hombre había creado a Dios a su propia imagen y semejanza para no sentirse tan solo frente a la Naturaleza.?

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    1. entonces, es la tecnología es el camino para revertir la entropía? es el hombre lo que le da vida a la muerte, y muerte a la vida?

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    2. hay un "es" de más, el que lo descubre se gana un premio (?)

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    3. 1) La tecnología es un cúmulo de herramientas y conocimientos aunque no tiene, por ahora, iniciativa propia. Hay algo en el cuento que es común a la ideología de la mayoría de los científicos filantrópicos: suponen que la progresión de la tecnología como camino civilizador, posee en sí misma la solución a todos los problemas de la humanidad, incluidos los más profundos y antiguos interrogantes.

      Fijate que no hay en el cuento ninguna alusión a situaciones de maldad, envidia, destrucción, codicia o egoísmo, tan detestables como a la vez tan humanas. Como si la teconología las hubiese borrado.
      Quienes suponen a la ciencia como el único camino a transitar para solucionar nuestros problemas como Humanidad, olvidan deliberadamente que la más mortífera arma de guerra fue creada por los cerebros más avanzados de su época.

      No sé cual es el camino, sinceramente, mientras tanto te alcanzo un parrafito del libro Hombres y Engranajes que particularmente me sacudió la cabeza, escrito en 1951 por el maestro Sábato.

      “Frente al marmóreo museo de los símbolos matemáticos, estaba el hombre individual, que al fin y al cabo tenía derecho a preguntarse para qué servía todo ese aparato de dominio del mundo, si no servía para resolver su angustia ante los eternos enigmas de la vida y de la muerte. Frente al problema de la esencia de las cosas se erigió el de la existencia del hombre. ¿Tiene algún sentido la vida?¿Qué significa la muerte?¿ Somos un alma eterna o meramente un conglomerado de moléculas de sal y tierra?¿Hay Dios o no? Estos sí que son problemas importantes. Todo lo demás, como bien dice Camus, es en el fondo un juego de niños:la ley de gravitación, la máquina de vapor, los satélites de Júpiter y hasta el señor Kant con sus famosas categorías. ¡Al diablo con el razonamiento puro y la universalidad de sus leyes!¿Acaso el que razona es un Filósofo Abstracto o yo mismo, transitorio y mísero individuo?¿Qué importa que la Razón Pura sea universal y abstracta si El-que-razona no es un dios desprovisto de pasiones y sentimientos, sino un pobre ser que sabe que ha de morir y que de esa muerte carnal y suya no lo podrá salvar Kant con todas sus categorías?¿Qué célebre conocimiento es ese que nos deja solos frente a la muerte? En su furia matemática, Descartes aspiraba a meter el alma en la campanilla de la faringe y a eliminar los sentimientos y las emociones mediante el pensamiento frío. Pero para qué valdría la pena vivir si ese proyecto cartesiano-además de despreciable- no fuese utópico.¿Qué sentido podría tener una Sociedad Futura donde se hubiese logrado descartar los sentimientos y las emociones? Es falso que el hombre desee ese pensamiento objetivo y desinteresado: quiere el conocimiento trágico, que se amasa no sólo con la razón sino con la pasión de la vida. El hombre se rebela contra lo general y lo abstracto, contra el principio de contradicción; porque el hombre de carne y hueso es justamente la contradicción: es y no es, es santo y es demonio, ama y odia, es pequeño y a la vez es capaz de portentosas hazañas.
      Se ha necesitado una crisis general de la sociedad para que estas sencillas pero humanas verdades resurgieran con todo su vigor. Que los adoradores de la Abstracción se queden arrodillados ante ella. Mientras llegan sus ángeles de exterminio, en la forma de los aviones atómicos, que sigan arrodillados ante esa divinidad laica, ante ese ente cuyo culto suele calificarse de Amor a la Humanidad, pero que a la larga viene unido al odio más desenfrenado por el hombre con minúscula. ¿Y qué hay sino hombres con minúsculas? Dios nos salve de la guillotina o de los campos de concentración de estos adoradores de la Humanidad.”

      Perdón por lo extenso.

      2) Cualquiera de los "es" que quites estará bien, la oración tiene sentido.

      Saludos.

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    4. el hombre, siglos después, aún sigue creyendo en dios. eso lo dice todo, aún con las más mortíferas verdades científicas, seguirá la iglesia o la gente hablando de "dios". sólo por el simple hecho de no querer encarar la realidad de que no tenemos idea de nada, creyendo en las computadoras, en los meteorólogos, en los números, pero quién sabe en realidad parte de qué es todo esto, qué sentido tiene, cuánto tardará en morir la entropía, el órden lógico de las cosas, que hace que podamos prender la tv en casa cómodos con aire acondicionado, sin pensar si mañana acabará el mundo, o terminará todo este sueño abzurdo.

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    5. Mi parcial e incompleta visión de esa realidad es que el hombre intentó ahondar en esos aspectos invisibles, impalpables e irracionales que desde épocas inmemoriales entraron en la categoría de dios o dioses (no importa si lo escribimos en singular o plural, en mayúscula o minúscula, es irrelevante) cuando tuvo real conciencia de su propia finitud, ya no como especie, sino como individuo.
      Ínfimo y frágil, temeroso y desprotegido en la inmensidad cada vez más grande del tiempo y del espacio inasibles.

      El dolor, realidad profundamente descarnada y visceral que nos iguala en las adversidades y fundamentalmente en la ausencia y el vacío que nos provoca la muerte de quien amamos. O la sensación de abismo que rodea nuestra propia muerte.

      En medio de ese mar desolado donde nadie puede demostrar que es cierto que hay un dios (o un Dios jeje), pero tampoco puede demostrar que es mentira, la esperanza termina siendo el motor de muchas de las acciones de millones de personas alrededor del mundo. Y son en su mayoría gestos heroicos aunque anónimos. Desprendamos por un momento la idea de la Iglesia (o iglesia o iglesias) de la de espiritualidad como parte intrínseca de la naturaleza humana. Aunque no podamos explicarla desde lo racional. Como no podemos explicar de ninguna manera el amor, por más esfuerzos ridículos de parte de fisiólogos y químicos.

      He leído (mi vieja costumbre de no recordar donde jeje) en algún lugar, que finalmente la razón se rige bajo el lema "ver para creer", con todas sus variantes. Mientras que la fe, base de la espiritualidad humana, se rige bajo el lema "creer para ver", solo veremos aquello que creímos posible. Insisto, separando la espiritualidad de la manipulacion de masas que hicieron las religiones, pero que no olvidemos, también hicieron las ideologías, hasta las movidas por los más puros objetivos.

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  3. Dos cosas: este es uno de mis cuentos preferidos de todos los tiempos. La entropia es el verdadero problema (existencial) de la humanidad, se resume en esto: lo que ha sido hecho no puede ser des-hecho.
    Segundo: para nada estoy de acuerdo con el comentario de que cumple la "profecía" de Nietzsche, empezando porque no es una profecía. A lo sumo, si tiene algún contacto con Mr. N, es en el concepto del eterno retorno.
    Saludos.-

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    1. Está bien, Mateo, tal vez me expresé mal. Intenté ironizar los paralelismos.
      Pero según el cuento, es el hombre quien termina creando "algo" que finalmente se concreta como fuerza creadora, desde la nada, al final del cuento. Y fuerza creadora no humana, es lo más parecido a lo que los antiguos acuñaron bajo el nombre de Dios.

      La diferencia para mí, con Nietzche, es que él opinaba que el hombre había creado a Dios, pero no en una forma física (como sería en el cuento), sino en una forma mental para sentir una especie de auxilio invisible frente a las fuerzas demoledoras de la Naturaleza. ¿Quién es finalmente el dueño de la Verdad?¿existe la Verdad como un ente único?. No, no lo creo, o al menos no tenemos la sensibilidad completa para percibirla. La búsqueda del Absoluto nos ha desvelado desde que tenemos conciencia.

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    2. al fina,l la verdad, dios o la naturaleza termina dando igual, no somos más que un grano de sal en el mar del cielo. inmenso. casi que no estamos, y no cambia en nada saberlo...
      nietzche demole la religión, un castillo de cartas de 6 pesos que nos bastó para sonreir, para que nos roben y para tener esperanza un par de siglos en la historia..nada más, el cuento siempre termina. y cuando el telón baje aún seguiremos sin saber "la verdad" ni la respuesta a la última pregunta.

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  4. es interesante, a mi me ha servido para entrar en un mundo bastante desconocido para mí, la entropía...

    Muchos besos.

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