Cada vez que me enfrento a duelo con la temible hoja en blanco llueven en mí excusas, nubes de humo y trivialidades, charlas de clima y de almacén; palabras vagas en poemas al paso.
Por que no puedo escribir lo que en realidad yo quiero.
Lo hago en este preciso instante. No podría escribir tu nombre ni aunque viniera un ejército de golondrinas a picotearme la garganta. No estoy listo para eso, no quiero morir esta noche.
Caprichosa que es la dichosa hoja en blanco.
ResponderEliminares que uno no se qquiere desnudar totalmente con las palabras.... teme.... y hace bien....
ResponderEliminarTe puedo entender. Y la hoja llena a medias también es un desafío.
ResponderEliminarUn abrazo.